Mirar u observar, oír o escuchar, querer o hacer, problemas u oportunidades, derrotismo u optimismo; competir o colaborar, restar o sumar. Lo que ocurra en nuestros pueblos en 2024 dependerá de nuestra actitud y las acciones que decidamos tomar.
El 2024 debe ser el año del mundo rural, el año en el que las organizaciones y personas que trabajamos desde, para y por nuestros pueblos nos unamos de verdad. Es el momento de juntarnos, de remar todas juntas, de visibilizar las oportunidades, de mostrar lo que ya se está haciendo y está transformando la realidad de muchas comarcas de nuestro país.
Os invito a soñar en grande, a construir entre todos el tren de la Nueva Ruralidad, a diseñar las nuevas vías de relación y colaboración por las que le hagamos circular. Sentar las bases desde el ejemplo, desde los proyectos, desde una innovación relacional, más colaborativa, que potencie la inteligencia colectiva para lograr revertir el éxodo hacia las grandes ciudades, retener y atraer talento a nuestros pueblos, combatir la soledad, dar la vuelta a la problemática de la vivienda, la movilidad, la brecha digital, la agricultura regenerativa, ... ; en definitiva trabajar por el reto demográfico y el equilibrio territorial se hace esencial, necesario y urgente si queremos vivir en una sociedad justa, digna, solidaria y que respeta nuestro planeta.
¿Te sumas al año del mundo rural?
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