Estamos en un momento en el que se avanza de forma vertiginosa en la senda de innovación tecnológica, pero hay algo de lo que ésta carece: el tiempo de consolidación, de comprobar éxito vs. error, el comportamiento de las diferentes opciones en circunstancias sociales, climáticas, históricas diferentes. 

Eso solo nos lo puede dar la experiencia que nos aporta la Tradición gracias al transcurrir del tiempo. Lo que hemos heredado en forma de tradición, sea en el sector primario, secundario, cantares, oficios, refranero y un largo etcétera. Siglos de experiencia que debemos preservar. Porque la tradición es la base para la innovación.

Los oficios y saberes de nuestros pueblos guardan un conocimiento único, y ponen en valor unos recursos populares vinculados a la propia identidad del territorio. Son el motor necesario para la conservación del patrimonio de los pueblos, su idiosincrasia, su saber hacer, su cultura…

Pero, para preservar ese patrimonio,…