Hoy 6 de diciembre, me he acordado que hace unos cuantos años estuve en el Senado y tuve la oportunidad de abrir y leer uno de los primeros ejemplares de La Constitución Española. Recuerdo que en aquel momento tuve sensaciones encontradas, por un lado poder tocar parte de nuestra historia más reciente y por otro leer simplemente el preámbulo y ver que la base de nuestra democracia aprobada hace 45 años por Las Cortes en sesiones plenarias del Congreso de los Diputados y del Senado celebradas el 31 de octubre de 1978 y ratificada por el pueblo español en referéndum el 6 de diciembre de 1978 no la estamos cumpliendo.
Duele el ver como los partidos políticos utilizan La Constitución para sus intereses particulares en vez de para el bien común. Y desde ese interés general velar por toda la ciudadanía desde una mirada que requiere entender que somos un país con diferentes realidades y velocidades.
Os invito a a leer y analizar La Constitución desde una de esas miradas, la del mundo rural, desde nuestros pueblos, desde las personas que vivimos en pequeñas poblaciones y que simplemente queremos que se cumpla La Constitución; porque si queremos trabajar el Reto Demográfico tenemos que entender que la base de nuestra democracia puede guiar las políticas de España para generar y visualizar las grandes oportunidades que brinda el mundo rural y no estamos aprovechando.
Echando un simple vistazo al Preámbulo con una mirada rural vemos que queda mucho por hacer y trabajar para cumplirlo:
"La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular. Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra."
Artículos como el 47, que habla de vivienda, es ya de por si una hoja de ruta para trabajar uno de los grandes retos del mundo rural y una de las oportunidades para los jóvenes que viven en ciudades, donde es inviable el acceso a la vivienda y a emanciparse. Debemos crear una legislación de vivienda diferenciada entre las ciudades y los pequeños pueblos, donde se favorezca y facilite la vivienda en unas condiciones y precios que las ciudades envenenadas por la especulación no pueden asumir y el mundo rural si. Protejamos a nuestros pueblos del sistema especulativo inmobiliario y hagamos ver a los jóvenes que hoy en día prácticamente cualquier profesión se puede ejercer desde una parroquia de Galicia, una aldea de Ciudad Real o desde una pedanía de Burgos. Conozco abogados, ingenieras, programadores, creativas, arquitectos, artesanas que están desarrollando su profesión desde pequeños pueblos y creando nuevos vínculos con sus vecinos/as y abriendo el camino a los jóvenes de la zona, a nuevos pobladores para construir una España equilibrada y que necesita revertir el éxodo a las grandes ciudades.
Si queremos abordar de verdad el cambio climático, trabajar por la justicia social, la dignidad humana y en definitiva por los DDHH tenemos que poner el foco en el mundo rural, no hay otro camino si deseamos que las personas y al planeta estén en el centro de las políticas. Debemos entender que el Reto Demográfico tiene que ser transversal en todos los ministerios y en todos los gobiernos autonómicos y provinciales aplicando una nueva mirada rural de nuestra Constitución y sus 169 artículos.
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