Una de las cosas que nos pasa cuando sacamos la caravana a al carretera es que siempre, siempre, nos sorprenden las ideas que tienen las niñas y los niños sobre lo que necesitan para que su pueblo sea un lugar mejor. Cosas que nosotras, como personas adultas, ni siquiera tenemos en el radar. Cosas que, cuando las escuchas, no entiendes cómo no se te han podido ocurrir o cómo es posible que nunca lo hayas pensado con lo lista que eres y la cantidad de cosas que sabes del mundo... Cosas como una juguetería, una librería, nuevos libros en la biblioteca, un parque nuevo (el de ahora tiene 500 años y parece el decorado de una película medieval), una piscina, etc.
Pues pensando, pensando, lo que pasa es que la infancia no cuenta. Podemos pensar que nos interesa mucho, mucho porque somos muy inclusivas, pero a la hora de la verdad de la buena, siempre que una persona menor de 18 años opina sobre algo, tenemos un sesgo que nos impide tener en cuenta su opinión y que nos hace pensar que lo que dicen no es tan importante.
En LaWawa hemos estado preguntando y tenemos una lista larga de peticiones y necesidades que enviaremos a los ayuntamientos y nos preguntamos hasta dónde seremos capaces de llegar, hasta dónde estas propuestas serán tenidas en cuenta... y si las propuestas fueran de personas con discapacidad? o de un colectivo de mujeres? o de un colectivo de personas mayores de 65? Las escucharíamos igual?
Os invito a reflexionar sobre esto, sobre cómo incluimos esta perspectiva en nuestros proyectos. Y de paso, os invito a venir a verme a Cilleruelo de Abajo (Burgos) o a Arenillas (Soria) para que puedas compartir con nosotras el valor de los espacios de participación.
Nos vemos por las plazas
Seguimos pecando de una mirada sesgada, sea por cuestión de género, cultura o edad... Y aquí, la discriminación sucede en ambos extremos: cuando se trata de la infancia, pero también en las personas mayores ('edadismo'). Necesitamos llevar la labor de LaWawa al corazón de las Comunidades Rurales, para integrar en la construcción de su modelo de convivencia a todas y cada una de las personas que forman parte. ¡Gracias por compartir, Alejandra! Nos vemos prontito, pero en el Valle de Kuartango 😘