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Turismo Rural Inteligente




Las herramientas digitales constituyen una oportunidad para el sector turístico, ya que ayudan a mitigar condicionantes del producto como la estacionalidad, la agregabilidad de actividades, la variabilidad horaria o la subjetividad. Su implantación permite, además, mejorar los procesos de obtención de datos internos y externos a la empresa, convirtiéndolos en información y, posteriormente, en inteligencia de mercado que facilita la toma de decisiones eficientes a lo largo de toda la cadena de valor.

Para abordar estos desafíos, tecnologías como la Inteligencia Artificial y el Big Data se han convertido en herramientas clave, revolucionando la forma en que se recopilan, analizan y utilizan los datos en el sector. Estas tecnologías no solo transforman los procesos internos de las empresas, sino que también permiten el desarrollo de "destinos inteligentes", donde la integración de plataformas, puntos de información y dispositivos móviles mejora significativamente la experiencia del viajero. (Gómez y Rubio, 2023).

Sin embargo, es precisamente en la satisfacción de los usuarios y de las personas involucradas, de un modo u otro con la empresa (stakeholders), en donde puede comprobarse si la denominación de destinos ‘inteligentes’, se ajusta a la realidad. Por ejemplo, cuando es posible coordinar de manera eficiente servicios como aviones, taxis, información turística, alojamiento y restauración, logrando una experiencia amable para todos y evitando esperas penosas e innecesarias.

En la implantación del Big Data en el sector turístico se han identificaron cuatro áreas pioneras: análisis del consumidor, destinos turísticos, analítica de redes sociales y análisis organizacional (Rubio y Gómez, 2019). Mientras, en zonas rurales se ha centrado, sobre todo, en el análisis de redes sociales, webs y plataformas de reserva (OTAs); en tanto, se albergan mayores dificultades para gestionar la información interna y los macrodatos. Dos aspectos muy útiles en la identificación de patrones de consumo para conocer aspectos cruciales como la estacionalidad y para las distintas actividades (alojamiento, senderismo, actividades acuáticas, etc.).

Esto ayuda a planificar los recursos, la comunicación comercial y otros insights interesantes para la gestión, y que incluyen la procedencia, perfil y preferencias de los visitantes y turistas, permitiendo dirigir las campañas de manera más efectiva. También gastos adicionales, tendencias de reserva, etc. Con el fin de que los responsables de pequeños negocios rurales pueden mejorar sus operaciones y atraer a más clientes con acciones concretas:

· Análisis y gestión de datos del cliente (CRM): se estudian preferencias e interacciones a lo largo del ciclo de vida del cliente con objeto de mejorar la relación y su fidelización.  Y pueden utilizarse, además, encuestas y comentarios en línea para identificar qué actividades y servicios son más populares.

·  Marketing dirigido: se analizan datos demográficos y de comportamiento para crear campañas de marketing más efectivas. Por ejemplo, se pueden segmentar los clientes en grupos específicos y dirigir anuncios personalizados a cada segmento.

· Gestión de inventarios: Las herramientas de Big Data pueden ayudar a gestionar mejor los inventarios, prediciendo la demanda y asegurando el ajuste de pedidos y que siempre haya suficientes productos y servicios disponibles para los clientes, sin incurrir en excesos o desperdicio.

· Mejora de la eficiencia operativa: pueden identificarse áreas de mejora en la gestión diaria del negocio, como la optimización de rutas para actividades al aire libre o la gestión del personal.

· Optimización y gestión de precios: se analiza la demanda y ajustan los precios en función de la temporada, eventos locales y otros factores que pueden incrementar los ingresos (pricing dinámico), con ayuda de aplicaciones de revenue management como, por ejemplo, Beonprice (BEONx).

· Previsión de tendencias: se consiguen análisis predictivos en el turismo rural para adaptar la oferta en consecuencia a la demanda prevista. Esto puede incluir la identificación de nuevos servicios que podrían ser los más populares en el futuro.

Implementar estas estrategias requiere de Software de Gestión Hotelera (PMS) específico, capaz de incrementar y ofrecer una mejor experiencia a sus clientes. Puede contarse con opciones sencillas, como Google Analytics, para conocer el tráfico de la web de la empresa y el comportamiento de los usuarios (cantidad de visitantes, páginas más vistas, tiempo de permanencia y tasa de conversión a clientes). Microsoft Power BI que, en su versión gratuita, permite crear informes interactivos y paneles de control para analizar datos de diversas fuentes y formatos. Tableau Public que, facilita la visualización de bases de datos interactivas y compartirlas en línea. O herramientas de pago como Zoho Analytics y QlikView, que destacan por su capacidad de análisis en tiempo real y la creación de informes avanzados, ofreciendo opciones personalizadas y cursos en línea que permiten gestionar las relaciones con los clientes (CRM).

Por otra parte, para el análisis de redes sociales, con suscripción para profesionales y más económicos, se encuentra MonkeyLearn, interesante para analizar opiniones y sentimientos en reseñas on line; Hootsuite con prueba gratuita, que es ideal para equipos pequeños y Little Hotelier, que es el PMS idóneo para pequeños hoteles rurales, con herramientas de revenue management destinadas a la optimización de precios y gestión de reservas.

Por último, implementar análisis de datos en un pequeño negocio de turismo rural puede parecer desafiante, pero como todo proceso, se conforma de unas fases a través de las que poder avanzar en el uso de información disponible para la gestión:

Primera fase: Definición de objetivos y recopilación de datos:

a) Definir objetivos claros, como mejorar la satisfacción del cliente, optimizar precios o identificar nuevas oportunidades de mercado.

b) Decidir qué datos son relevantes: reservas, comentarios de clientes o información de redes sociales, utilizando herramientas como Google Analytics, encuestas y sistemas de gestión de reservas.

Segunda Fase: Organización y análisis:

a) Almacenar y organizar la información disponible de manera estructurada en bases de datos o hojas de cálculo, asegurando su accesibilidad.

b) Utilizar herramientas como Tableau, Power BI o Excel para facilitar la visualización y el análisis.

c) Analizar los datos para identificar patrones y tendencias útiles, como actividades más populares o características de los clientes.

Tercera fase: Aplicación y supervisión estratégica:

a) Usar los resultados del análisis para tomar decisiones estratégicas, ajustando ofertas, mejorando aspectos de la experiencia del cliente o acciones de marketing.

b) Supervisar continuamente los resultados y realizar ajustes según sea necesario para adaptarse a los cambios en el mercado e incrementar el desempeño del negocio.

El Big Data para el desarrollo de destinos y empresas en zonas rurales precisa de formación en gestión de bases de datos en abierto, redes sociales y de información interna, para que el conocimiento de la clientela potencial, los movimientos de viajeros y del mercado, favorezca el posicionamiento estratégico de la empresa.

En resumen, las herramientas Big Data ofrecen grandes oportunidades para el desarrollo de destinos turísticos, en especial para las zonas rurales más despobladas y remotas, si bien conviene tener en cuenta que, el uso masivo de datos plantea cuestiones éticas sobre la privacidad y la equidad en su acceso. Por el contrario, la adopción de prácticas responsables y el empleo de un ‘marketing de permiso”, incrementará el beneficio y su acogida.

 
 
 

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